La escoliósis es una deformidad que cursa con una inclinación lateral del raquis en el plano frontal de la columna, causando una forma de C o de S, según se trate de una sola curva primaria o de dos. Generalmente se acompaña de una rotación vertebral, de no ser así, hablamos de actitud escoliótica. En esta rotación, el cuerpo vertebral se dirige hacia la convexidad, y la apofisis espinosa hacia la concavidad, de manera que en la zona dorsal las costillas se hacen posteriores y se forma una Giba o Joroba en el lado de la convexidad. Según su localización puede ser Torácica, Lumbar, o Toraco-lumbar, y hablamos de derecha o izquierda en función de la convexidad.

La causa más común de la escoliósis es desconocida, y aparece más frecuentemente durante el crecimiento.
Clasificación según sus Causas:

  1. Idiopática: Desconocida. Representa el 80% de los casos. Dentro de este tipo distinguimos entre la Infantil (aparición antes de los 3 años), Juvenil (aparición entre los 4 y los 10 años), y Adolescente (aparición entre los 10 y los 18 años).
  2. Congénita: Aparece durante el embarazo. Puede estar relacionada con malos hábitos maternos durante la gestación (fumar, alcohol y drogas entre otros).
  3. Neuromuscular o miopática: Asociada a transtornos del sistema nervioso o muscular. Frecuente en casos de espina bífida, parálisis cerebral, distrofia muscular, poliomielitis, parálisis de la medula espinal, etc.
  4. Degenerativa: Aparece después de los 50 años debido al desgaste de las estructuras de la columna.

Para determinar la gravedad de la curva utilizamos un indicador que nos mide los grados de inclinación de la misma. Para ello cogemos una radiografía y tomamos cómo referencia las vértebras Ápex de la curva (las de mayor inclinación), trazamos dos lineas perpendiculares y en el punto de intersección medimos el ángulo que conforman. A esté ángulo se le llama “Ángulo de Cobb”.


Para determinar la gravedad de la curva utilizamos un indicador que nos mide los grados de inclinación de la misma. Para ello cogemos una radiografía y tomamos cómo referencia las vértebras Ápex de la curva (las de mayor inclinación), trazamos dos lineas perpendiculares y en el punto de intersección medimos el ángulo que conforman. A esté ángulo se le llama “Ángulo de Cobb”.

Clasificación según la gravedad o Ángulo de Cobb:

  1. Leve: Ángulo de Cobb <20º
  2. Moderada: Ángulo de Cobb entre 20º-40º.
  3. Severa: Ángulo de Cobb >40º. Suele requerir tratamiento quirúrgico de corrección.

El diagnostico de la escoliósis se hace mediante una radiografía, pero durante la observación podemos diferenciar algunos signos que nos pueden hacer sospechar de una actitud escoliótica o una escoliásis estructurada.

  • Giba o joroba en el lado de la convexidad torácica. La rotación de los cuerpos vertebrales hacia la convexidad provoca la posteriorización de la caja torácica. La giba se hace más visible si le pedimos al paciente que haga una flexión de tronco hacia delante.
  • Suele haber hipercifosis dorsal a causa de la Giba y una hiperlordosis lumbar compensada. Debilidad de la musculatura abdominal, acortamiento del pectoral, acortamiento de isquiotibiales …
  • En el lado de la concavidad torácica las costillas están hundidas, y el pliegue de la cintura se muestra más marcado. Durante la inspiración, las costillas no se expanden posteriormente lo suficiente, lo que puede provocar falta de oxigenación y fatiga precoz.
  • El hombro de la convexidad torácica esta ascendido.
  • La EIPS (Espina iliaca Antero superior-Punto de referencia en la pelvis) del lado de la concavidad de la Curva Lumbar está ascendida, provocando una falsa dismetria de miembros inferiores (Pierna más corta)
  • La musculatura Longitudinal de la concavidad está acortada e hipertónica (Ej: Paravertebrales, Psoas Iliaco, Cuadrado Lumbar), mientras que la transversal está elongada e hipotónica (Ej: Romboides, Trapecio superior y medio)

La escoliósis no suele cursar con dolor, pero estos desequilibrios musculares y alteraciones provocan diversas disfunciones que a largo plazo pueden ocasionar malestar. Por tanto, aunque no tiene solución definitiva, el tratamiento fisioterapeutico es muy importante para mantener una buena calidad de vida.

Tratamiento 

Durante el crecimiento se pautan corsés de corrección con el objetivo de reducir la evolución de la curva escoliótica. Sin embargo, la columna no es solamente una estructura ósea, pasiva, sino que se compone de elementos como los músculos que participan activamente en su estructura y función, de manera que el tratamiento ha de incluir ejercicios que elonguen la musculatura acortada, y fortalezcan la musculatura elongada, en definitiva de flexibilización y tonificación de una manera simétrica pero con mayor incidencia según los requerimientos de cada zona de la curva, y siempre favorecer el estiramiento axial. Asimismo, hemos de hacer partícipe al paciente para que se implique en su correcta alineación, y esto no se alcanza solamente enseñando la postura correctora, sino mediante ejercicios que fortalezcan y afiancen esta corrección, otorgándole resistencia. Debido a la implicación de la parrilla costal y la afectación del patrón respiratorio, también hemos de incluir la respiración como acompañamiento de los ejercicios, dirigiendo el aire durante la inspiración a la zona de la concavidad (favorecer la expansión costal), e insistir en la zona de la convexidad en la expulsión del aire durante la espiración (reducción de la giba).

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El Método Pilates trabaja la respiración, movilidad de la columna, el fortalecimiento, la flexibilidad y la alineación corporal, lo que lo convierte en la herramienta de ejercicio ideal en la prevención y tratamiento de la escoliósis.

Se ha de cuidar la higiene postural y evitar ejercicios de carga de mucho peso, o que impliquen torsión o trabajo unilateral como el balonmano.

Por supuesto, podemos aplicar masaje y estiramientos pasivos de la musculatura acortada, calor, punciones de puntos gatillo miofasciales, y otras técnicas pasivas dirigidas a ofrecer alivio en el momento en que la escoliósis y la vida diaria cause dolor en nuestro paciente, pero el ejercicio pautado y mantenido es el único cuidado correcto y efectivo del paciente con escoliósis (en los casos no quirúrgicos).

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