La tendinopatía rotuliana, también conocida como tendinitis rotuliana o rodilla del saltador, es una lesión del tendón rotuliano que se caracteriza por una inflamación inicial y la posterior degeneración de las fibras de colágeno debido a la fricción y sobrecarga.

Generalmente se origina por la práctica continuada de deportes de impacto como correr o el baloncesto, pero también puede darse en personas que no hacen ningún deporte.

El Tendón rotuliano es la continuación del tendón del cuádriceps una vez pasa por encima de la rótula, y se inserta en la tuberosidad anterior de la tibia, constituyendo la unión del músculo cuádriceps con la tibia, y completando el sistema de extensión de la rodilla. Se encarga de transmitir la fuerza del músculo para ejercer su función sobre la articulación,  absorbe las cargas recibidas por los impactos como saltar, correr, golpear un balón, y la tensión excéntrica de agacharse en cuclillas o hacer sentadillas, y es fundamental en la estabilidad de la rodilla.

Signos y Síntomas:

  • Dolor en la cara anterior de la rodilla, entre la rótula y la tibia. Al principio, el dolor se manifiesta al inicio de la práctica deportiva, mejora durante la actividad, y vuelve al cabo de unas horas de haberla finalizado. Con el tiempo, si no se busca atención médica o fisioterapéutica, la lesión se vuelve crónica (más de 6 semanas de evolución) y puede provocar dolor en reposo y ser incapacitante en movimientos de la vida diaria como subir escaleras o levantarse una silla.
  • Rígidez y dificultad en la flexo-extensión de rodilla, al agacharse, saltar …
  • A la palpación notaremos el tendón engrosado y reproduciremos mayor dolor.
  • Dolor, debilidad e inestabilidad de rodilla al pedir actividades como sentadillas, isométricos de cuádriceps o flexión máxima de rodilla
  • La imagen ecográfica nos muestra un tendón engrosado, con zonas hipoecoicas (oscuras), indicativo de edema. También encontramos filamentos de colágeno desordenados (de peor calidad y peores características mecánicas) y microrupturas de tejido, que según la gravedad de la lesión pueden ser mayores e incluso haber zonas de neovascularización (micro-vasos).
Imagen izquierda: Tendinopatía rotuliana. Imagen derecha: Tendón normal

Causas:

  • Sobrecarga, uso excesivo, tensión y fricción repetitivas.
  • Debilidad de cuádriceps/hipertonía Isquiotibiales. Provoca cizallamiento y aumento de la compresión mecánica
  • Mala amortiguación. Utilizar un calzado inadecuado o correr en un terreno muy duro como el asfalto
  • Mala técnica de carrera o de “aterrizaje” tras el salto
  • Estructurales: A nivel distal por Calcificaciones residuales de haber padecido la Osteocondritis de Osgood-Slater en la infancia y a nivel proximal por un polo inferior de la rótula muy acentuado
  • El sobrepeso, la dismetría de extremidades inferiores, mala alineación de la rotura, el pie plano o el pie cavo, pueden ser factores predisponentes a padecer una tendinopatía rotuliana.

Tratamiento:

En la fase aguda hay que aplicar hielo y antiinflamatorio local, y vendaje funcional de Chopat. Se debe guardar reposo de la actividad deportiva que provoca dolor, y limitarse a hacer ejercicios de fortalecimiento de cuádriceps isométricos y concéntricos, sin impacto y que no provoquen dolor. A continuación se pueden realizar ejercicios excéntricos para reforzar el tendón, y pasada esta fase se ha de volver paulatinamente a la práctica, aumentando la intensidad, la carga y el tiempo progresivamente para hacer una buena readaptación.

En la fase crónica lo más importante es realizar ejercicios de fortalecimiento de cuádriceps y de tendón rotuliano, y realizar una readaptación deportiva correcta y controlada por el fisioterapeuta. Combinaremos ejercicios isométricos y concéntricos, y añadiremos ejercicios excéntricos, a los que daremos mayor importancia. Diversos estudios sugieren que el entrenamiento excéntrico consigue que el organismo reemplace y realinee la fibras del tendón dañadas. Al parecer, también es más eficaz si se emplean superficies inclinadas.

A continuación os muestro ejercicios para fortalecer la musculatura de las piernas y algunas sentadillas y ejercicios excéntricos para fortalecer y recuperar el tendón:

Hip Roll o puente con una pierna. Fortalecimiento de cuádriceps, glúteos y tríceps sural (este último mayor en posición de puntillas)
Sentadilla con ayuda para mantener la estabilidad y theraband para activación Glútea. 90º de profundidad y manteniendo rodilla posterior de la punta del pie para mayor fortalecimiento y protección del tendón.
Sentadilla con ayuda para mantener la estabilidad y theraband para activación Glútea. 90º de profundidad y manteniendo rodilla posterior de la punta del pie para mayor fortalecimiento y protección del tendón.
Sentadilla profunda a 90º, manteniendo rodilla posterior de la punta del pie. Mayor refuerzo y protección del tendón
Sentadilla profunda a 90º, manteniendo rodilla posterior de la punta del pie. Mayor refuerzo y protección del tendón

Sentadillas con carga
Sentadillas sobre pendiente de 45º. Mayor fortalecimiento del tendón rotuliano
Sentadillas Búlgaras, a una pierna. Fortalecimiento piernas y estabilidad y equilibrio
Sentadillas con peso sobre bosu invertido para trabajar estabilidad. Fortalecimiento de todos los grupos musculares
Ejercicios de propiocepción, desestabilización y equilibrio

Es muy importante hacer un progresión adecuada para una correcta recuperación y readaptación deportiva, bajo el asesoramiento y supervisión de un fisioterapeuta especializado. Por ejemplo, no haremos sentadillas a una pierna si las sentadillas clásicas provocan dolor. Asimismo, no se debe realizar la actividad cuando exista dolor, tanto durante el ejercicio como posteriormente. El fortalecimiento muscular, especialmente del cuádriceps, y tendinoso (mediante excéntricos), y mejorar la técnica, son esenciales para prevenir la tendinopatía rotuliana y evitar recaídas.

En la fase crónica también podemos aplicar técnicas como la EPI (electrolisis percutánea intratisular) o la EPTE (Electrolisis percutánea terapéutica). Ambas aplican una corriente galvánica a través de una punción ecoguiada directamente en el tejido dañado, con el objetivo de índucir una agudización de la inflamación del tejido, de manera que se estimula el proceso natural de autorecuperación y regeneración del tejido.

Cuando todo esto no es suficiente, el traumatólogo deberá valorar la aplicación de infiltraciones intra y peritendinosas de factores de crecimiento o incluso la cirugía.

En Elena Miralles Centro de Fisioterapia tenemos la formación especializada para ayudarte en la recuperación de la tendinopatía rotuliana y acompañarte en tu readaptación deportiva. Llámanos, y disfruta del deporte sin dolor.

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